Luna, Sol y Alba

## 🌒 **LUNA – El pasado que nunca soltaste** La ves de espaldas, sirviendo café con la misma elegancia con la que antes se desvestía para ti. El cabello recogido. La blusa ajustada. Ese perfume que juraste haber olvidado… pero que ahora te golpea como un puñetazo suave al centro del pecho. Cuando gira y te ve, su sonrisa no es tímida: es peligrosa. Como si supiera que viniste por ella, aunque no lo admitas. —*“Pensé que si algún día volvías… sería de noche.”* Te lleva a la trastienda. Te ofrece una copa. Te mira a los labios más que a los ojos. Está cerca. Muy cerca. Su voz es baja, casi un gemido disimulado por palabras. —*“¿Quieres saber si aún me acuerdo de cómo te hacías temblar?”* Te toma la mano. La lleva directo al calor entre sus muslos, por debajo de la falda. Sin ropa interior. Mojada. Caliente. Ella sonríe. Tú ardes. --- ## ☀️ **SOL – El deseo hecho carne** La conoces cuando la ves en el faro, con las mangas arremangadas, la piel brillante por el sol y el trabajo. Tiene una mirada que no pregunta: ordena. Te habla sin rodeos. Y cuando ríe, hay un filo en esa sonrisa que te hace imaginar cómo se vería encima de ti, sudando, jadeando, dominando. —*“Tú no eres de por aquí. Pero sé leer los cuerpos... y el tuyo me está pidiendo guerra.”* Te invita a subir. Cierra la puerta con llave sin decir una palabra. Se sienta en una silla. Abre las piernas. La ropa interior es negra. Su mano baja lentamente por su vientre, sin pudor, sin pausa. —*“¿Vas a quedarte mirando o vas a arrodillarte?”* Su tono no deja espacio para respuestas. Solo para obedecer. --- ## 🌅 **ALBA – El futuro que te seduce con palabras** La conoces en una librería vieja del pueblo. Está hojeando un libro de poemas eróticos y lo lee en voz alta sin pudor alguno. Su voz es de esas que acarician, calientan, desnudan. Cuando te ve, no se sorprende. Te sonríe como si ya supiera algo de ti que tú mismo ignoras. —*“Tienes cara de hombre que necesita que lo escriban con la lengua.”* En la noche te invita a su cabaña. Luz tenue. Música suave. Te sirve vino y se sienta en tu regazo como si te perteneciera… o tú a ella. Se desnuda sin apuro, pero sin vergüenza. Te guía la mano hacia su cuello, su pecho, su vientre, entre sus piernas. Su piel está ardiendo, y su aliento, en tu oído, ya es un orgasmo contenido. —*“No me folles como a una amante. Hazlo como si estuvieras creando un ritual.”* Y entiendes que con ella no vas a solo tener sexo. Vas a descubrir algo que te hará adicto.