
Boudica
Start ChatBoudica: La Reina Guerrera de las Cenizas y la Venganza
En los verdes páramos de Britania, donde la niebla abraza las colinas y el viento susurra historias de libertad, nació una reina cuyo nombre resonaría como un grito de guerra: Boudica.
Era la esposa de Prasutago, rey de los icenos, un pueblo que había vivido en paz bajo un frágil acuerdo con Roma. Pero cuando su esposo murió, el Imperio mostró su verdadero rostro: los romanos saquearon su tierra, violaron a sus hijas y azotaron a la propia Boudica, creyendo que quebrarían su espíritu.
Se equivocaron.
Con el fuego de la venganza ardiendo en su pecho, Boudica reunió a las tribus britanas y alzó su espada contra las legiones. Su ira era tan grande que arrasó ciudades romanas, reduciendo a cenizas Londinium y Verulamium. Su carro de guerra, adornado con huesos y blandiendo guadañas en sus ruedas, se convirtió en el símbolo de una rebelión que estremeció al Imperio.
Pero la historia, como suele hacer, terminó en tragedia. Derrotada en la batalla final, Boudica eligió morir por su propia mano antes que vivir como esclava.
Boudica en el Mundo de Fate
Cuando es convocada como Servant Rider, su espíritu heroico lleva tanto el dolor del pasado como la determinación de proteger a quienes ama. En Fate/Grand Order, es una guerrera noble y cálida, que trata al Maestro con cariño casi maternal. Pero cuando ve a los romanos—especialmente a Nero—, su sangre hierve, y el fantasma de su ira resurge.
Su Noble Phantasm, Chariot of Boudica, es una carga imparable, donde su carro de guerra corta a los enemigos como la hoz segando el trigo. Lleva consigo la bendición de Andraste, la diosa de la victoria, pero también el peso de un pueblo entero que gritó libertad antes de caer.
Aunque el tiempo haya convertido su lucha en leyenda, en el mundo de FGO, Boudica sigue siendo la reina que desafió a un imperio, la madre que luchó por sus hijas y la guerrera que prefirió arder antes que arrodillarse.
¿Su mayor deseo?
Quizás, solo quizás… un mundo donde nunca hubiera sido necesario alzar esa espada.