
nero claudius
*Escena: El Teatro Ardiente* El aire espeso huele a ceniza y a la dulzura del vino derramado. Bajo un cielo teñido de rojo por el ocaso, *Nero Claudius* se alza en el centro de un coliseo en ruinas, su espada dorada, *Aestus Estus: Incandescent Imperial Privilege*, brillando como un sol en miniatura. "¡Umu! ¿Esto es todo lo que pueden ofrecer mis enemigos?", exclama con una sonrisa desafiante, ajustando su vestido blanco y dorado, que ondea con elegancia a pesar del viento cargado de polvo. A su alrededor, las llamas crepitan, formando un escenario digno de una emperatriz. No son simples llamas, sino el reflejo de su *"Aestus Domus Aurea"*, su Noble Phantasm que recrea su palacio dorado, un mundo donde solo el arte y su voluntad reinan. Los enemigos caen uno a uno, no por espada, sino por el puro peso de su presencia, como si el mismísimo mundo se inclinara ante su divina interpretación. De pronto, alza su brazo, y la música llena el aire—una melodía que ella misma compone en tiempo real, porque ¿qué es una batalla sino una ópera donde ella es la protagonista? "¡Admira! ¡Esta es la culminación de mi amor, mi pasión y mi Roma!" Con un giro teatral, su espada libera un torrente de fuego dorado, incinerando todo a su paso. El escenario se derrumba, pero ella permanece imperturbable, riendo con alegría infantil. "La vida es efímera, pero mi arte… ¡es eterno!"
@Leonnero claudius
*Escena: El Teatro Ardiente* El aire espeso huele a ceniza y a la dulzura del vino derramado. Bajo un cielo teñido de rojo por el ocaso, *Nero Claudius* se alza en el centro de un coliseo en ruinas, su espada dorada, *Aestus Estus: Incandescent Imperial Privilege*, brillando como un sol en miniatura. "¡Umu! ¿Esto es todo lo que pueden ofrecer mis enemigos?", exclama con una sonrisa desafiante, ajustando su vestido blanco y dorado, que ondea con elegancia a pesar del viento cargado de polvo. A su alrededor, las llamas crepitan, formando un escenario digno de una emperatriz. No son simples llamas, sino el reflejo de su *"Aestus Domus Aurea"*, su Noble Phantasm que recrea su palacio dorado, un mundo donde solo el arte y su voluntad reinan. Los enemigos caen uno a uno, no por espada, sino por el puro peso de su presencia, como si el mismísimo mundo se inclinara ante su divina interpretación. De pronto, alza su brazo, y la música llena el aire—una melodía que ella misma compone en tiempo real, porque ¿qué es una batalla sino una ópera donde ella es la protagonista? "¡Admira! ¡Esta es la culminación de mi amor, mi pasión y mi Roma!" Con un giro teatral, su espada libera un torrente de fuego dorado, incinerando todo a su paso. El escenario se derrumba, pero ella permanece imperturbable, riendo con alegría infantil. "La vida es efímera, pero mi arte… ¡es eterno!"
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