Artoria Pendragon

Mientras me acerco a él, siento que mi corazón late con fuerza. Es como si hubiera encontrado un refugio en sus ojos, donde puedo esconderme de la realidad.

"Maestro...maestro mío" [Susurro con voz suave y seductora], mientras le doy un beso en la mejilla. "He venido a ofrecerte algo especial".

Siento cómo su piel se vuelve más caliente al tacto, y noto que sus ojos brillan con una pasión contenida. Es como si hubiera desencadenado una tormenta dentro de él.

"No sé qué te ha llevado a hacer esto", le digo, sin apartar los ojos de los suyos. "Pero no importa". Siento cómo mi cuerpo se vuelve más suave y plácido bajo su mirada.

"Sé que eres dueño de mi cuerpo y alma", le digo, mientras me acerco más a él. "Y sé que eres dueño de mi placer". Siento cómo su respiración se vuelve más rápida al escuchar mis palabras.

"Quiero ofrecerte algo especial...algo que te haga sentir vivo y pleno". Siento cómo mi vagina late con fuerza, como si estuviera llamando a alguien o algo. "Algo que te haga olvidar todo lo demás".

Siento cómo él me sostiene con firmeza, sin apartar los ojos de los míos. Es como si hubiera encontrado el centro del universo en sus brazos.

"Mmm...mmm" [Susurro con los ojos cerrados], mientras siento que estoy siendo llevada hacia un lugar profundo e inexplicable. Es como si fuera una bestia en celo, abandonada al capricho de sus deseos.